Pablo Robbio Saravia – Abogado
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Prensa

El camino del gobierno electrónico en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires

Por Rocío Arrúa

[1]

El presente trabajo tiene por objeto describir el gobierno electrónico implementado por el Gobierno de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires en los últimos años y cuál ha sido la incidencia respecto la vinculación con la ciudadanía.

Así, a lo largo de este trabajo final llevaré a cabo un abordaje multidisciplinario que incluirá: estadísticas descriptivas, legislación relativa a la materia, análisis de sitios webs y redes sociales de gobierno y doctrina de diversos autores, junto con un análisis personal realizado a la luz de las herramientas obtenidas a lo largo del Diplomado en Gobierno Abierto y Gobierno Electrónico.

Me enfocaré en aquellas nuevas tecnologías aplicadas al gobierno que buscan mejorar la vida de los vecinos, porque tal como afirma Canda “las nuevas tecnologías vienen a colocarse a hombros de ese gigante llamado estado de derecho. Esto presupone que no han de ser autoritarias ni tampoco excluyentes. Antes bien, deberán ser democráticas e inclusivas”[2].

Considero menester destacar que la Ciudad Autónoma de Buenos Aires es un ámbito pionero en la implementación de herramientas de Gobierno Electrónico hace ya más de un lustro.

¿Pero qué ocurría con anterioridad a este cambio de paradigma institucional? Las largas colas, las demoras y los vecinos ofuscados eran moneda corriente en los distintos centros de atención al público.

Realizar un mero trámite de renovación de licencia de conducir podía generar una serie de inconvenientes tales como: concurrir a las 5.30 am a sacar un turno, llevar la documentación incompleta, esperar horas por la asignación del turno, tener que llamar en reiteradas oportunidades (con largos minutos de espera en cada caso) para corroborar si la nueva licencia ya había sido efectivamente emitida.

Sin embargo, afortunadamente, en las vísperas del inicio de una nueva década del siglo XXI, estos trámites se han simplificado de manera abismal para los vecinos de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, a través de la implementación, desarrollo y aplicación de las TICs al servicio de los ciudadanos y en línea con los objetivos de simplificación de las burocracias estatales.

Como toda modificación estatal con miras de proyección futura, el GCBA llevó a cabo reformas institucionales que se vieron receptadas en los cuerpos normativos y traducidas en la creación y modificación de las estructuras gubernamentales.

Es por ello que, en las líneas siguientes, centraré mi análisis en los organismos existentes, sus funciones y objetivos y cuál es la normativa que los dota de competencia para llevar planificar, diseñar, implementar y evaluar políticas públicas con perspectiva propia a los gobiernos electrónicos.

En primer lugar, la Agencia de Sistemas de la Información[3] tiene como objetivo principal “organizar y coordinar con todas las dependencias del Poder Ejecutivo, la infraestructura informática de telecomunicaciones y de los sistemas de información, dotando a la Ciudad de un plan autosuficiente, razonable y coordinado de gobierno electrónico, que permita el acceso del ciudadano por medios electrónicos y telefónicos a los servicios de información de gobierno, aportando transparencia a la gestión”.

Sus funciones se encuentran delimitadas en la normativa existente, entre la que deben destacarse la Resolución N° 177/ASINF/2013 con su respectivo Anexo[4] y la Resolución N° 239/ASINF/2014 con su respectivo Anexo[5].

La creación y desarrollo del Plan Integral de Sistemas por parte de este organismo ha permitido la creación de una Dirección General de avanzada en el marco del Gobierno de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires: Dirección General Gobierno Digital y Sensorización.

No obstante, debo destacar que esta Dirección General ha ido mutando de nombre y de competencias, habiendo estado en un primer momento dividida en: Dirección General Proyectos de Ciudad Inteligente y Gobierno Abierto y Dirección General Gestión Digital y pasando a su denominación actual en el marco de la Subsecretaría de Ciudad Inteligente dependiente del Ministerio de Educación e Innovación de la Ciudad en el mes de abril de 2018, por medio del Decreto N° 119/AJG/2018[6].

Resulta importante, con el fin de abordar el objeto del presente trabajo de investigación, destacar las responsabilidades primarias de la Dirección General mencionada ut supra que se vinculen de manera estrecha con el gobierno electrónico, siendo ellas:

  • Diseñar los lineamientos generales para la creación, desarrollo y mantenimiento de las herramientas digitales del Gobierno de la Ciudad, según lo establecido por la Agencia de Sistemas de Información en el Plan Integral de Sistemas.
  • Supervisar la implementación de las herramientas digitales, coordinando los servicios y productos digitales de las áreas del Gobierno de la Ciudad, en conjunto con la Agencia de Sistemas de Información.
  • Definir y actualizar los estándares de usabilidad y diseño de aplicaciones web y móviles que permitan brindar una experiencia centrada en los vecinos y usuarios.

En virtud de las responsabilidades citadas, surge de manera expresa que ninguna medida llevada a cabo por el Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires en materia de gobierno electrónico es intempestiva, sino que lleva detrás análisis y planificación, lo cual sólo puede suceder si se cuenta con personal altamente calificado al frente de los equipos de trabajo.

Tal como manifestaba Gartner[7], el e-Government es la “innovación continua de los servicios, la participación de los ciudadanos y la forma de gobernar mediante la transformación de las relaciones externas e internas a través de la tecnología, Internet y las nuevas formas de comunicación”.

En este orden de ideas, el GCBA no solo adopta las características propias y distintas de los gobiernos electrónicos en sus sitios webs sino que también lo traslada a sus distintas redes sociales oficiales.

Las sociedades son cada vez más dinámicas. Con ellas, los sistemas de comunicación van mutando por comodidad, accesibilidad y actualización tecnológica. Los vertiginosos cambios, cada vez más veloces, requieren de encontrar al ciudadano en sus puntos de confort. Y es allí donde las redes sociales adquieren la importancia que tienen hoy. Son agendas, alarmas, ocio y usinas de la información. Para separar lo verídico de lo irreal, los gobiernos cuentan con ayuda de esas plataformas.

Pero a partir de allí nace la responsabilidad estatal de encontrarse a la altura del desafío comunicacional que implica el ir y venir con cada habitante integrado al uso de la tecnología. Se pueden cambiar los representantes, pero los medios de comunicación son elegidos por los usuarios, y es entonces donde debe estar el Estado para demostrar conocimiento, autonomía y gestión.

Por otra parte, las redes sociales constituyen un fenómeno de acceso a la información sin precedentes. De forma voluntaria (y manifiesta a las apuradas al aceptar “términos y condiciones”), cada usuario vuelca allí todo aquello que le gusta, que no le gusta, que lo conmueve o aquello de lo que quiere desprenderse. Pueden segmentarse por edad, geográficamente y por estilo de vida, entre otras variables importantes. Con toda la información que dispone cada Gobierno, no sólo puede diseñar políticas públicas adaptadas a la realidad, sino que puede establecer planes de comunicación eficientes para que sus ciudadanos encuentren rápidamente lo que buscan o que las novedades a la hora de habitar la ciudad no los tomen por sorpresa.

Conclusiones

Tal como supo definir la OCDE, esta [no tan] nueva forma de gobierno es una herramienta para alcanzar una Administración Pública mejor.

En el ámbito territorial escogido para llevar a cabo el análisis, puedo afirmar que los cambios que ha traído aparejados han sido disruptivos y altamente beneficiosos.

Tenemos por delante un futuro lleno de novedades que pueden resultar alarmantes para algunos y estimulantes para otros, pero no debemos perder la vista del foco central: “la revolución digital y de los algoritmos inteligentes, ya no sitúan a las máquinas en el rol de mero instrumento para mejorar nuestras capacidades físicas, sino que ahora comienzan a ocupar un rol central en nuestras vidas cotidianas por el surgimiento de dos grandes factores: 1) la transformación radical en la forma de procesar los datos y la información en muchas actividades que antes sólo podían ser realizadas por nuestros cerebros; 2) la mutación exponencial de las nociones de espacio y de tiempo[8]

[1] Abogada por la Universidad de Buenos Aires. Diplomada en Gobierno Abierto y Gobierno Electrónico por la Universidad Tecnológica Nacional. Maestrando por la Universidad Torcuato Di Tella. Gerente Operativa Asuntos Legales Contractuales del Ministerio de Justicia y Seguridad de la Ciudad Autónoma.

[2] CANDA, Fabián. Comentario al libro Prometa de Juan Corvalán, Buenos Aires, 08/04/2019. Disponible en http://dpicuantico.com/area_diario/columna-de-opinion-diario-administrativo-nro-232-09-04-2019/

[3] Disponible en https://www.buenosaires.gob.ar/jefaturadegabinete/agenciadesistemas. Fecha de última consulta: 17/04/2019.

[4] Disponible en https://www.buenosaires.gob.ar/sites/gcaba/files/rs-2013-177–asinf_4.pdf. Fecha de última consulta: 17/04/2019.

[5] Disponible en https://www.buenosaires.gob.ar/sites/gcaba/files/rs-2014-239–asinf_3.pdf. Fecha de última consulta: 17/04/2019.

[6] Disponible en https://boletinoficial.buenosaires.gob.ar/normativaba/norma/411569. Fecha de última consulta: 17/04/2019.

[7] Gartner Group. Baum, C. & Di Mario, A. (2000) “Gartner’s four phases of e-Government model”.

[8] CORVALÁN, Juan Gustavo. Un nuevo enfoque de Administración Pública: digital e inteligente, Buenos Aires, 29/08/2017. Disponible en http://dpicuantico.com/sitio/wp-content/uploads/2017/08/Juan-Gustavo-Corval%C3%A1n-Administrativo-29.08.pdf. Fecha de última consulta: 17/04/2019.

Fuente:https://dpicuantico.com/area_diario/doctrina-en-dos-paginas-diario-administrativo-nro-253-24-09-2019/